Estruendo cromático para un gran final

Un año más, las fiestas de la ciudad de Barcelona han terminado entre colores y zambombazos. Y es que como viendo siendo costumbre desde hace ya bastantes años, las celebraciones de la Mercè han terminado con el famoso Piromusical, espectáculo que, como indica el nombre, combina fuegos artificiales con música, música que anualmente cambia y que cada año conmemora algún género o estilo diferente. En esta ocasión, se aprovechó para recuperar un poco la memoria de “La Nova Cançó”con motivo de su 50 aniversario, a la vez que también se rindió homenaje a algunos compositores de música de cine. Por este orden, primero se coordinaron petardos con música de los protagonistas del movimiento artístico catalán, para después pasar a los trozos mas conocidos de algunas bandas sonoras populares de películas como Kill Bill o El Señor de los Anillos. Una combinación llena de ritmo y coordinación, que hacía vibrar a los asistentes a través de sus cambios de luces y de melodías, a la vez que arrancaba un “oooh” general cada vez que sonaba algún tema conocido.

Realmente, es un espectáculo digno de ser visto en persona, que no a través de la televisión, pues se pierden muchos matices que sólo se disfrutan estando de cuerpo presente. Y sí, lo digo desde la primera persona, ya que en comparación con otros años, que lo había televisado desde la comodidad de un sofá (como tantos de vosotros, que lo sé, pillos ;) ), vale mucho más la pena disfrutarlo in situ con el resto de gente y los amigos. Porque formar parte de una alfombra de miles de bengalas, es una experiencia difícilmente repetible; dicho sea de paso, que después te llevabas a casa un mechero y un par de esas bengalas que repartían para celebrar el festival en condiciones.

Y vosotros, ¿como lo vivisteis?